Nunca se imagina lo que sobreviene con una simple decisión de dar inicio a un proyecto por más sencillo que parezca. Cualquier comienzo va acompañado de energía, fuerza, ímpetu y emoción; es la creatividad desbordada y metas sobre la cima. Pero ese impulso que te hace creer poder con todo a veces se frena con la complejidad que lo arropa y puede que te detengas a pensar, buscar opciones, incluso en ciertos momentos hasta llorar, pensando en no poder con lo que se te avecina.
Alguien dijo: "que después de la tormenta siempre llega la calma" y a pesar de los momentos malos, existe algo tan maravilloso dentro del ser humano que le permite recuperar las fuerzas y solventar lo que creías era causa perdida.
Te renuevas para continuar y de esta forma completas el objetivo y todas sucesivas metas. Aunque tropieces si amas lo que haces aunque por momentos también lo puedas odiar, cuando e pasan te das cuenta que valió la pena el sacrifico al finalizar con éxito, lo que decidiste comenzar.
Y luego te invadirán nuevas ideas y retos donde no sabrás las vueltas que tendrás que dar, ni cual será la próxima decisión pero hay que avanzar y nunca dejar de soñar para lograr todo lo planteado...